Cuando pensamos en ponernos Alemtuzumab por primera vez algunos pensamos que Lemtrada va a hacernos mejorar. Hemos leído u oído historias de recuperaciones asombrosas y por supuesto queremos eso mismo para nosotros.

Lemtrada funciona matando las células “malas” que atacan a nuestra mielina y que nuestro cuerpo regenerará, lo que los neurólogos nos explican como reseteo. Si todo va bien, esas células nuevas serán “buenas” y sanas. La mejoría es un proceso de nuestro organismo, no de Lemtrada y cada uno es diferente, por lo que no sabemos cuanto tiempo tardará nuestro cuerpo en hacernos sentir mejor. O si el daño en nuestro sistema nervioso no se va a revertir y dejarnos la secuela.

En la mayoría de los casos que he conocido la mejoría no se produce antes del segundo año. De hecho el primer año puede ser bastante malo.

Probablemente vas a sentir debilidad, dolores de cabeza, sofocos, fatiga, dolor muscular, espasticidad, dolor de huesos, sarpullidos y exacerbación de los síntomas que ya tengas. Estos síntomas pueden ocurrir en cualquier momento del primer año. Algunas personas sienten casi todos ellos, otras ninguno. Son temporales y se terminan pasando. Tu cuerpo ha pasado por un gran cambio y son parte de la recuperación.

Los corticosteroides te darán una falsa sensación de seguridad la primera semana. Lo que no significa que vaya a durar. La segunda semana la fatiga suele ser enorme.

Todas las medicaciones tienen efectos secundarios y no suelen ser agradables, pero Lemtrada es la única medicación capaz de detener la enfermedad, de una forma mucho más potente y duradera. Además el control post-tratamiento es mucho mejor que con otras medicaciones. Lo importante es que estemos estables y no aparezcan nuevas lesiones (aunque en ocasiones también aparezcan).

Lemtrada podría hacer que no necesitemos más medicación en el futuro y que no tengamos más brotes.

Debemos ser pacientes y dejar que nuestro cuerpo se recupere. Escucha a tu cuerpo y descansa. Date tiempo para recuperarte.