Hay un síntoma de la esclerosis múltiple que te impide salir con amigos, estudiar, trabajar y hacer deporte. Además te hace encontrarte mal y discutir con quienes te rodean o incluso perder amistades. Para colmo afecta a dos tercios de las personas con esclerosis y es la depresión.

Hola soy Javi, el marido de Cris. Cris me ha permitido escribir en su blog para aportar la visión de un familiar. Seguro que me leeréis más veces.

En esta mi primera entrada voy a hablar de la depresión, he elegido este tema por el efecto devastador que tiene en algunas personas con EM, prácticamente desde el diagnóstico y por supuesto también en sus familias.

La depresión es un transtorno del estado de ánimo que provoca estados de infelicidad, abatimiento y culpa e incapacita a la persona de disfrutar, de sentir placer, interés y satisfacción. Una persona con depresión severa no encuentra placer en ver una película o leer, en bajar a pasear, en charlar con amigos o en el sexo. Abandona sus hobbies y puede pasar el día en la cama y pensar seriamente en el suicidio. Se vuelve irritable, pierde la autoestima y las ganas de vivir.

Winter is coming

La EM se suele presentar de forma recurrente remitente (EMRR), esto es un brote más o menos severo y un periodo sin brotes en el que puede haber recuperación. Cuando te acostumbras a un nuevo problema de tu cuerpo y lo aceptas durante el periodo de recuperación, un nuevo brote aparece. Nuevas discapacidades, a menudo cambio de planes y fuerte golpe emocional.

Según vienen los brotes, llegas interiorizar la sensación de que siempre habrá otro: Winter is coming para los seguidores de Juego de Tronos. Además la EMRR puede derivar en EM secundaria progresiva, una forma en la que la degeneración se produce de forma contínua y no por brotes. Y algunos pacientes viven en constante desesperanza y miedo.

Además de los impactos emocionales de los brotes y la incerteza sobre el futuro, muchas personas se enfrentan un factor que suele facilitar la depresión: la pérdida del trabajo que a veces viene con el empeoramiento físico. Encima el efecto de la enfermedad en el cerebro también pude provocar depresión.

Cris pasó una depresión cuando además de estar la enfermedad, perdió el trabajo y falleció un familiar muy querido. Esa fue sin duda la peor época que hemos pasado nunca. Consiguió salir con mucha fuerza interior y con ayuda de medicación cuando por fin buscamos ayuda en una clinica privada.

Por último, a pesar del fuerte impacto de la depresión en las personas con EM y del gran porcentaje de pacientes que la padecen, el diagnóstico de la EM no viene acompañado de apoyo psicológico. ¿No resulta evidente que el neurólogo o neuróloga debería dar información sobre asociaciones de pacientes o incluso reservar citas con psicólogo o psiquiatra?

Me gustaría mucho conocer otras experiencias. ¿Habeis pasado una depresión con la enfermedad? ¿Os dieron algún tipo de apoyo junto con el diagnóstico?

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